LAS
UNIVERSIDADES TECNOLÓGICAS EN MÉXICO
Introducción
El subsistema de las universidades tecnológicas
surgió en el año de 1991 como propuesta de las políticas educativas del presidente
Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), la característica central de la política educativa durante
el periodo salinista fue el calidad, que se adaptara a los cambios económicos
que requería el país en el contexto de las transformaciones mundiales marcadas
por el libre mercado de la “modernización” del sistema escolar. El
Programa para la Modernización Educativa programó de manera prioritaria la
conformación de un sistema de
mayor, por lo que era prioridad aumentar de manera rápida la producción e industrialización
en México para competir con otros países.
Las Universidades
tecnológicas son organismos públicos descentralizados de los gobiernos estatales y sus funciones principales son:
ofrecer estudios con mayores oportunidades de empleo y una mejor inversión educativa
pública y familiar; ofrecer carrera que respondan a los requerimientos
tecnológicos y organizativos de la planta productiva de bienes y servicios;
contribuir a la modernización de la planta productiva acorde con los avances científicos
y tecnológicos.
Las
universidades tecnológicas iniciaron sus actividades con tres planteles ubicados
en: Aguascalientes, Tula-Tepeji y Netzahualcóyotl. Actualmente se cuenta con 66
planteles instalados en todo el país.
Desarrollo
La
Secretaría de Educación Pública diversificó la educación superior para otorgar
mayores oportunidades a los jóvenes de contar con un titulo universitario y
poder introducirse al campo laboral, por tal motivo este subsistema tiene oteos
atributos que la educación tradicional (licenciatura) no cumple.
El primer
atributo que identifica a las universidades tecnológicas es la intensidad, es
decir, la optimización del tiempo,, recursos y esfuerzos a lo largo del proceso
de enseñanza-aprendizaje. Se acorta el tiempo de estudios significativamente en
comparación de una licenciatura que se cursa en 5 años y un técnico superior se
forma en tan solo 2 años.
Esta
diferencia de tiempo se ha traducido en fuertes críticas hacia los programas de
estudio, ya que el tiempo no es suficiente para cubrir las competencias: “saber”,
“saber ser” y “saber hacer”. La formación integral de los estudiantes se ha
dejado de lado, no cuentan con una formación cultural, deportiva, artística y
de valores ni las bases del conocimiento. Su formación se enfoca en el “saber
hacer”, en la habilidad de aplicar los conocimientos de manera mecánica, pero
sin un entendimiento teórico del proceso.
Dicho
proceso de formación beneficia al modelo económico neoliberal, ya que forma
mano de obra “barata” porque el gobierno y los patrones se ahorran la inversión
de los recursos humanos a costa de formar seres humanos no integrales y solo máquinas
de trabajo que aumenten la producción y las ganancias económicas.
El
segundo atributo es la pertinencia la cual es la respuesta funcional y
organizativa para vincularse con el mercado laboral y el sector productivo,
esto es llamativo para los jóvenes pertenecientes a los segmentos sociales
desfavorecidos porque les garantiza una inversión menor en su educación y su
inclusión inmediata al campo laboral teniendo ingresos económicos para aspirar
a una mejor calidad de vida.
Actualmente,
al tener altos índices de desempleo y una economía inestable, la inclusión al
campo laboral ya no está garantizada y la competencia por los puestos vacantes
es muy fuerte. La desventaja de los técnicos universitarios superiores es su
especialización, no pueden diversificar sus ocupaciones a comparación de un
licenciado que puede trabajar en varias ramas afines a su perfil académico lo que les abre mayores
oportunidades de empleo. Otro punto importante son la diferencia de sueldos que
reciben, en general, un licenciado tiene mayores ingresos que un técnico.
El tercer
atributo es la continuidad que se refiere a poder proseguir con estudios de
licenciatura, ingeniería o alguna especialización en escuelas públicas o
privadas. Esto es una ventaja para los técnicos superiores porque les da la oportunidad
una mayor preparación académica. Sin embargo las dificultades en las equivalencias
de los estudios en otras instituciones ha representado un obstáculo para los
jóvenes. En los inicios del subsistema era casi imposible la revalidación,
actualmente existe mayor facilidad, pero no se ha cubierto en su totalidad la
continuidad de estudios.
El cuarto
atributo es la polivalencia, es decir, el dominio de conocimientos y habilidades
comunes a varias áreas afines que permitan adoptar nuevas tecnologías y adaptarse
a distintas formas de trabajo dentro de su nivel de competencia. Como se ha
comentado en atributos anteriores, la formación de los técnicos superiores no
es integral, por lo tanto no son capaces de desarrollar una actitud
participativa con un enfoque científico y participativo, entonces este atributo
no se cumple en la realidad.
Por ultimo
el atributo de la flexibilidad se refiere a la revisión y adaptación continua
de los planes y programas de estudio para que estén de acuerdo a las
necesidades del sector productivo, además de permitir el paso fluido de los
estudiantes entre distintas instituciones y así cumplir con el atributo de la
continuidad.
Si
las universidades tecnológicas cumplieran adecuadamente con los cinco atributos
descritos anteriores tendrían una operación de calidad, sin embargo a sus 19
años de creación se han encontrado varios errores en el funcionamiento de este subsistema por lo que
su operación no ha sido al cien por ciento.
De los
66 planteles que existen solo 8 planteles trabajan con su mayor capacidad en
matricula, los demás planteles de los 2000 a 3000 lugares solo se ocupan 1200
lugares, lo anterior refleja el poco éxito de las universidades tecnológicas
porque solo el 3 % de los estudiantes están registrados en este subsistema.
Otro
problema que ha contribuido a estas cifras es la apertura de universidades que
ofrecen licenciatura en menor tiempo, 3 años, y con titulación automática peo
estos programas de estudio no alcanzan a formar a los estudiantes de manera
integral pero tampoco les ofrecen la especialización de una universidad
tecnológica, lo que se traduce en un bajo nivel académico y competitivo de los
profesionales en México, lo que repercute de manera directa en la economía y
desarrollo del país.
Conclusión
Para
entender porque a pesar de ser una atractiva oportunidad para muchos jóvenes no
es un subsistema que cuente con la total aceptación de la sociedad, entre los
puntos que pueden explicar este rechazo se encuentran primeramente la “tesis
culturalista” es decir, se tiene la idea
que para “ser alguien en la vida” o tener cierto estatus social se debe ser
licenciado o ingeniero, por lo que los jóvenes que tienen la posibilidad de
pagar sus estudios de licenciatura se inclinan por esta opción.
Por
otro lado, la calidad de las universidades tecnológicas se ha mermado porque al
requerir aumentar la matricula han hecho mas sencillo su proceso de selección e
ingreso, aumentando así la aceptación de estudiantes que han tenido un fracaso
escolar en otros subsistemas y que no garantizan un buen aprovechamiento
escolar.
Las universidades
tecnológicas requieren forzosamente un buen nivel de infraestructura, equipos y
materiales que garanticen la adquisición de las habilidades que los estudiantes
aplicarán en el campo laboral. Sin embargo es triste ver que en el país existe
un retraso científico y tecnológico que retrasa el conocimiento y desarrollo. O
bien no todos los planteles cuentan con las mimas oportunidades.
Otro
punto que influye en la toma de decisión de los estudiantes es el atributo de
intensidad, para algunos es un punto a favor, pero para otros es un obstáculo porque
no les da la oportunidad de dedicarse a otras actividades deportivas o
culturales o en su defecto a trabajar y estudiar al mismo tiempo para poder
costear sus estudios.
Mi
opinión sobre las universidades tecnológicas es que solo parchan el desarrollo momentáneo
de México, pero no garantizan los recursos humanos innovadores y emprendedores
que necesita el país para dar el salto de un país en vías de desarrollo a un país
de primer mundo. No podemos permitir que nuestra calidad educativa este por
debajo de los estándares internacionales cuando vivimos en un mundo totalmente globalizado.
No podemos
formar seres humanos como un componente agregado de producción, un recurso
capacitado y maleable que se tenga que adaptar a la burocracia y la economía que
solo beneficia a un grupo privilegiado. No podemos seguir siendo esclavos de
Estados Unidos, la prioridad del gobierno debe ser formar directivos y
profesionales y no solo ocupaciones intermedias, debemos apostar por las
universidades públicas que formen licenciados, ingenieros y posgrados enfocados
al desarrollo científico y tecnológico.
Referencias bibliográficas
Flores Crespo Pedro (2009) Trayectoria del modelo de universidades tecnológicas en México (1991-2009) en cuadernos de trabajo de la Dirección General de Evaluación Institucional. México: UNAM, pp-1-31
flores Crespo